FIESTAS DE SAN BLAS Y SANTA ÁGUEDA EN EL COLEGIO

Había una vez un colegio muy especial llamado María Quintana, donde los niños y niñas eran proclamados caballeros de la mesa redonda tras participar en un torneo medieval. Cada alumno y alumna tenía que demostrar valentía, honor y amistad para ser admitido en la orden de los caballeros. El profesorado del colegio,  sabios y bondadosos , se encargaban de enseñarles las virtudes de la caballería, a la vez que impartía lecciones de magia y sabiduría.

Los niños, equipados con escudos hechos de cartón y espadas de madera, se aventuraban por los patios del colegio en busca de desafíos. 

Un día, se enteraron de que un malvado hechicero había encantado el patio de recreo, convirtiéndolo en un laberinto mágico. Los valientes caballeros se armaron con coraje y se dispusieron a enfrentar al hechicero y deshacer su hechizo.

Con ingenio y trabajo en equipo, los caballeros lograron superar los desafíos del laberinto mágico y finalmente llegaron al centro, donde el hechicero los estaba esperando. Armados con la valentía y la amistad, lograron deshacer el hechizo y liberar el patio de recreo. 

Para celebrarlo organizaron un gran festín a base de coca y chocolate.

El colegio de los caballeros de la mesa redonda se convirtió en un lugar legendario, donde los niños y niñas aprendían a ser nobles y justos, listos para enfrentar cualquier desafío que el destino les deparara. Y así, cada año, la tradición del torneo medieval seguía viva en el colegio María Quintana, formando a futuras generaciones de valientes caballer@s  de la mesa redonda.