El jueves día 17 de octubre, por la tarde, volvimos a las andadas literarias.
Fue una sesión muy especial de reencuentro con nuestra Biblioteca. ¡La hemos cambiado de ubicación y ahora es más espaciosa y luminosa!
Además de planificar las lecturas del curso, dedicamos gran parte del tiempo a conocer a fondo la clasificación de los libros y colaboramos en la ordenación alfabética de los libros de imaginación.
Con las manos en la masa |
¡La próxima cita será el 21 de noviembre!
Os dejamos el texto que leímos de Manuel Vicent y que nos emocionó a todas:
Tesoro
Está amaneciendo. Es la hora de los pájaros. A los colegios e institutos
llegan en bandadas niños y chavales cargados con sus mochilas. Ellos no lo
saben, pero todos se dirigen a la isla del tesoro. Puede que ignoren dónde está
ese mar y en qué consiste la travesía y qué clase de cofre repleto de monedas
de oro les espera realmente. El patio del colegio se transforma, de repente, en
un ruidoso embarcadero. Desde ese muelle lleno de mochilas cada alumno abordará
su aula respectiva, que, si bien no lo parece, se trata de una nave lista para
zarpar cada mañana. En el aula hay una pizarra encerada donde el profesor, que
es el timonel de esta aventura, trazará todos los días el mapa de esa isla de
la fortuna. Ciencias, matemáticas, historia, lengua, geografía: cada asignatura
tiene un rumbo distinto y cada rumbo un enigma que habrá que descifrar. La
travesía va a ser larga, azarosa, llena de escollos. Muchos de estos niños y
chavales tripulantes nunca avistarán las palmeras, unos por escasez de medios, otros
por falta de esfuerzo o mala suerte, pero nadie les puede negar el derecho a
arribar felizmente a la isla que señalaron los mapas como final de la travesía.
Ese mar está infestado de piratas, que tienen su santuario en la caverna del
Gobierno. Todas las medidas que un Gobierno adopte contra el derecho de los
estudiantes a realizar sus sueños, recortes en la educación, privilegios de
clase, fanatismo religioso, serán equivalentes a las acciones brutales de
aquellos corsarios que asaltaban las rutas de los navegantes intrépidos, los
expoliaban y luego los arrojaban al mar. De aquellos pequeños expedicionarios
que embarcaron hacia la isla del tesoro solo los más afortunados llegarán a
buen término. Algunos soñarán con cambiar el mundo, otros se conformarán con
llevar una vida a ras de la existencia. Cuando recién desembarcados pregunten
dónde se halla el cofre del tesoro, el timonel les dirá: estaba ya en la
mochila que cargabais al llegar por primera vez al colegio. El tesoro es todo
lo que habéis aprendido, los libros que habéis leído, la cultura que hayáis
adquirido. Ese tesoro, que lleváis con vosotros, no será detectado por ningún
escáner, cruzará libremente todas las aduanas y fronteras, y tampoco ningún
pirata os lo podrá nunca arrebatar.
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