miércoles, 18 de junio de 2025

SEMBRANDO LECTORES, COSECHANDO MUNDOS: NUESTRO APADRINAMIENTO LECTOR

El fin de curso siempre trae consigo una mezcla de emociones: la alegría de las vacaciones que se acercan, el cierre de un ciclo, y la última oportunidad de disfrutar de nuestras rutinas escolares. Pero en nuestro centro, la última semana de clases significa también la vuelta de una de nuestras actividades más especiales y esperadas: el “Apadrinamiento Lector”.


En la primera sesión de la mañana nuestro patio se ha transformado en un hervidero de historias. Niños y niñas de diferentes edades se han encontrado para compartir la magia de la lectura. Verlos ha sido verdadero espectáculo: los hemos encontrado bajo la sombra de los pinos, sentados en las mesas de picnic, acurrucados en el patio de infantil, o incluso improvisando un rincón de lectura debajo de los árboles y junto al tobogán. Cada espacio, por pequeño que sea, se ha convertido en un universo particular donde las palabras han cobrado vida. Es fascinante observar cómo se sumergen en la lectura, algunos con la concentración absoluta del lector voraz, otros señalando las ilustraciones, y los más pequeños escuchando atentamente, con los ojos bien abiertos, el relato de sus padrinos.















Esta actividad, que ya se ha consolidado como una cita anual ineludible en nuestro calendario escolar, no es casualidad. El “Apadrinamiento Lector” está totalmente en línea con una de nuestras principales apuestas por la innovación educativa: el desarrollo de la competencia lingüística. Creemos firmemente que fomentar el amor por la lectura desde edades tempranas es fundamental para que nuestro alumnado adquiera fluidez, vocabulario y, en definitiva, las herramientas necesarias para expresarse y comprender el mundo que les rodea.







Lo más bonito del “Apadrinamiento Lector” es cómo se entrelazan el tono formal y el informal en esta experiencia. Por un lado, abordamos un objetivo pedagógico serio y bien definido: la mejora de la lectura y la expresión. Por otro, la actividad se desarrolla de una manera tan orgánica y natural que parece un juego. Los alumnos y alumnas mayores guían a los más pequeños y pequeñas con paciencia y cariño, creando un vínculo que trasciende las páginas del libro. Es una lección de compañerismo, empatía y, por supuesto, de cómo el poder de las palabras puede transportarnos a otros lugares, épocas y realidades.






Ver a nuestros chicos y chicas tan entusiasmados con la lectura, creando sus propios rincones mágicos en cada esquina del colegio, nos llena de orgullo y nos reafirma en que este tipo de iniciativas son las que realmente marcan la diferencia. Porque, al final, lo importante no es solo lo que leen, sino cómo esa lectura les abre un mundo de posibilidades, tanto a los que leen como a los que escuchan.


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